El Mito de Aprender




Si vas a una escuela primaria, te asomas al salón de primer grado y les preguntas a los niños:






- Quién sabe dibujar?





Casi todos levantarán la mano. Lo interesante es que, efectivamente, si el maestro los pone a dibujar, todos lo harán, y con una habilidad muy parecida entre ellos.





Si cada año regresas al mismo grupo y les sigues haciendo la misma pregunta, cada vez menos niños alzarán la mano. Cuando estén en tercero de secundaria, únicamente uno, o dos, o ninguno de ellos lo hará.





Ahora imagina que vas al mismo primer año de primaria y les preguntas:





- Quién sabe leer y escribir?





Casi nadie levantará la mano. Y de igual manera, cuando vayas en tercero de secundaria a preguntarles, todos la alzarán.





Porqué sucede así? La respuesta es que la lectura y escritura están consideradas como necesarias para que el niño se desenvuelva en la vida y pueda progresar. Al dibujo no se le considera así.





Como resultado, el sistema educativo está enfocado en enseñarle a los niños la lectura y la escritura, y para ello se sigue un método, un sistema que les permite avanzar poco a poco en el dominio de la lectura y la escritura. A lo largo de meses y años de avanzar, pasito a pasito, el niño domina la escritura.





El dibujo, en cambio, no se practica en la escuela. Al niño no se le presiona para que mejore la calidad de sus dibujos, se considera que es algo no esencial para su desarrollo. Y como consecuencia, al llegar a la pubertad, el adolescente sabe que no puede dibujar.





El dibujo, en realidad, es un ejemplo que se aplica a todo: a tocar la guitarra, a un deporte en particular, o a fabricar muebles de madera...





Cuando un pianista se vuelve famoso y vende millones de discos, se dice que "tiene talento musical". Pero la realidad es que, en el cien por ciento de los casos, lo que hay detrás del éxito NO es talento.





Es práctica. Muchas horas, días, meses, años de práctica.





No hay excepciones. El mismo Amadeus Mozart, que supuestamente compuso piezas maestras a los cinco años de edad, en realidad sólo hacía pequeños arreglos a música ya existente.





Eso sí, diario practicaba varias horas, y su primera composición maestra la hizo a los veintiún años, cuando ya tenía miles de horas de practicar.





Cuando alguien te diga que tú no puedes hacer algo, porque te hace falta "talento", ya sabes: no es cuestión de talento, sino de práctica.





Si tienes un hijo, entonces ya sabes: él puede llegar a ser lo que desee, si practica las horas que hagan falta.





Con la práctica suficiente, todo se puede lograr.   Traido de InteligenciayDinero.com

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