La gran mayoría de las personas sueñan son ser grandes empresarios y tener mucho dinero, pero en realidad muy pocos hacen algo para lograrlo.
Aunque parezca algo lejano e imposible de alcanzar, las estadísticas no mienten: tan solo en los Estados Unidos, cada año más de 100 mil personas se convierten en millonarias, es decir, sus bienes suman más del millón de dólares.
Claro, estamos hablando de Estados Unidos, el “país de las oportunidades”, pero también se trata de un país en que todo es más competitivo, y por lo tanto, el grado de dificultad para lograr este grado de riqueza aumenta.
La gran mayoría de los nuevos millonarios son propietarios de algún negocio. Esto significa que si tú deseas llegar a tener mucho dinero, en realidad tienes que seguir la misma ruta que ellos: tener tu propio negocio.
Ser una persona de éxito económico no es cosa sencilla. Sin embargo, existen ciertas características que puedes esforzarte en adquirir y que van a mejorar mucho tus probabilidades de éxito en los negocios.
Te recomiendo que leas y analices las características a las que me refiero, y que también identifiques tus debilidades. Con el esfuerzo constante, al paso de poco tiempo estarás en camino de convertirte en una persona de esas que logran lo que se proponen y que despiertan la envidia en los demás.
PRIMERO. Sentido común. Existen varios estudios que muestran que los empresarios de éxito consideran a su sentido común como una de sus más valiosas posesiones.
El sentido común no es otra cosa que tomar decisiones sólidas y bien fundamentadas. Pare desarrollar el sentido común lo mejor es la experiencia, pero si aún no la tienes, entonces guíate por esta regla:
“Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, entonces piénsalo dos veces antes de hacerlo.”
Si alguien te hace una propuesta de negocios en la que aparentemente todo está a tu favor y vas a tener unas ganancias increíbles, piénsalo y analízalo muy bien antes de comprometerte.
Antes de tomar cualquier decisión, debes de estar seguro de que entiendes perfectamente de lo que se trata el asunto. Si no lo entiendes al 100% entonces busca el consejo de algún experto que sí sepa perfectamente del tema.
SEGUNDO. Conocimiento especializado en tu campo de negocios. Es mucho más fácil iniciar un negocio si conoces a profundidad el campo en el que deseas desarrollarlo.
De hecho, esta es una de las pocas razones por las que sería deseable trabajar por un sueldo: para aprender los secretos de algún área específica del mundo industrial o administrativo.
Conozco de primera mano la historia de dos estudiantes de ingeniería civil que egresaron del instituto tecnológico de mi ciudad. Muy buenos amigos, incluso se hicieron compadres.
Ambos entraron a trabajar en la misma dependencia de gobierno en el área de construcción de caminos. Sin embargo, sus motivos eran distintos.
Uno de ellos (al que podemos llamar el “compadre pobre”) lo hizo para ganar dinero. El otro, (el “compadre rico”) en cambio, lo hizo para entender cómo es en la vida real lo que había aprendido en los libros de texto de la escuela.
A los tres años de trabajar en la dependencia, el “compadre rico” renuncio a su trabajo y puso manos a la obra: empezando sin dinero, al día de hoy tiene la empresa constructora más grande de todo el estado. En un año típico, factura más de 500 millones de pesos en obra.
El “compadre pobre”, en cambio, sigue trabajando en la misma dependencia, y sigue siendo… un asalariado.
TERCERO. Confianza en ti mismo. Cuando tengas una idea, no dejes que los demás te desmoralicen al respecto. Puedes pedir la opinión de los demás, pero solamente de ti depende el que hagas realidad tu idea.
Sucede que los grandes empresarios recibieron desde un principio las críticas de desaprobación de las personas que las rodeaban. Por ejemplo, de sus padres: “deja de soñar y consíguete un buen trabajo”. Si se hubieran detenido por tal tipo de “consejos” entonces muchas grandes empresas de la actualidad no hubieran nacido.
La autoconfianza es tener la seguridad de que tu idea es lo suficientemente buena como para sobrevivir allá afuera. Es tener la confianza en que con tus habilidades podrás ir resolviendo los obstáculos que (inevitablemente) surgirán.
Cuando falta la confianza en ti mismo, la visión de los posibles contratiempos que puedan surgir te apabulla y te impide tomar acción. Empiezas a posponer el inicio, y antes de que te des cuenta, han pasado años.
CUARTO. Creatividad. Con frecuencia, una buena idea es el inicio de una empresa muy grande. No es necesario nacer un genio para tener ideas creativas. Como muchas cosas de la vida, la creatividad es algo que puede aprenderse y cultivarse a través de la práctica.
Existen técnicas específicas para generar ideas creativas y en uno de mis siguientes artículos hablare sobre ellas con ejemplos específicos de su aplicación para obtener soluciones creativas a los problemas.
Una solución creativa que resuelva las necesidades de miles de personas es un pase directo a la fama y a la riqueza.
QUINTO. Ejecución. Por último, y estrechamente ligada con el punto anterior, está la ejecución. Podemos definirla como la “habilidad para hacer que las cosas sucedan”.
Todos tenemos grandes ideas. La diferencia es que las personas de éxito las ejecutan, y la gran mayoría no lo hace.
Para tener una gran idea, solo hace falta que un grupo de neuronas en tu cerebro “hagan click”. Considerando que tenemos miles de millones de neuronas, entonces resulta claro que las ideas valen “a dólar la docena”.Una gran idea visita varias mentes, no solamente una. Si tú tienes lo que sientes que es una gran idea, ten por seguro que antes que a ti, ya se le ha ocurrido a otras personas. Sin embargo, la diferencia puede ser que tú si ejecutes la idea, mientras que las demás personas ni siquiera se tomen la molestia de anotarla en una hoja de papel.
Ejemplos de lo anterior sobran. Por ejemplo, Edison, el gran inventor, era conocido por su capacidad de ejecución, más que por su pensamiento creativo.
Cuando recordamos la frase célebre de Edison: “el genio es 1% inspiración y 99% transpiración” en realidad estamos ante otra forma de decir que la ejecución es mucho más importante que la idea misma.
De hecho, muchas de las patentes de Edison, son mejoras técnicas que hizo a inventos que ya existían con anterioridad. El ejemplo más célebre de ello fue lo que se llamó la “Guerra de Patentes” que sostuvo contra los hermanos Lumiere por la paternidad del cinematógrafo.
Entre los ejemplos recientes tenemos a Facebook. Mark Zuckerberg no tuvo una idea original. Antes de Facebook existían Myspace, Orkut, Bebo, y en Asia otro tanto numero de sitios sociales.
Lo particular de Zuckerberg es que tomo una idea ya existente y mejoro la ejecución de la misma, con el resultado de que más de 600 millones de personas (numero que sube día a día) usan el sitio web, haciendo que la fortuna de Mark ronde los 13,500 millones de dólares, poniéndolo en el lugar número 52 entre los billonarios del mundo, según la revista Forbes.
¡Nada mal para tomar una idea ya existente y darle una mejor ejecución!
La forma más sencilla de aprender, es haciendo las cosas. Por eso, te sugiero que la siguiente vez que tengas una gran idea, la escribas en un cuaderno, y después empieces a anotar los pasos necesarios que requieres para verla hacerse realidad. Si notas que te falta conocimiento en un área, entonces empieza a adquirirlo.
Vivimos en la era del internet, en que puedes conseguir absolutamente cualquier libro que requieras para capacitarte. Cualquier persona puede volverse experta en el tema que elija, ya sea física nuclear, diseño de páginas web, la enseñanza del idioma ruso, etc.
Con el uso de internet, pues, ya debes de olvidarte de las limitaciones para adquirir conocimiento, porque en realidad estas “limitaciones” no son otra cosa que pretextos para no empezar a construir tu riqueza personal.
Traido de :consejoguia.com
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